jueves, febrero 19, 2009

ENVIDIA. PERO SANA


Pasan los días. Pasa el verano e hice un “clic”. Basta de postergar las ganas de escribir y contar cosas, por fuera de lo que hace a mi trabajo de todos los días. A pesar de este calor in-so-por-ta-ble –casi 40 grados- de un Buenos Aires húmedo y pegajoso.
Simba, el perro de mi hija que adopté como propio, me mira con cara de pedir auxilio. Un poco de agua, un poco de comida, un paseo y ¡ya!. Se duerme tirado en el piso, lo que provoca mi más profunda envidia.
Y a esta horas, donde la cosa no cede, reflexiono. Abandoné durante bastantes meses “Abre tus alas” y...todo está como era entonces. O peor. Porque la crisis que antes era patrimonio de los argentinos, ahora es mundial. Y he ahí la excusa perfecta. Harta ya de estar harta, estoy harta de las crisis. Y de la mala onda. Ya no quiero criticar porque, además, no sirve de nada. No hay peor sordo que el que no quiere oír.
Y retomando viejas lecturas, me inmiscuyo en la belleza de “Como agua para chocolate”, de Laura Esquivel. En la tele, nada. Como siempre. Mejor. Ya casi ni lo enciendo. ¿Para qué? Para ver noticias, casi siempre malas. O alguna comedia liviana o...
Ya no quiero postergar nada. Ni un “te quiero” a quienes amo, ni un libro que confirme que toda mi vida fui una rata de biblioteca, ni una buena película o una obra de teatro. Disfrutar. De eso se trata. Vivir cada momento con total intensidad.
Si, decididamente envidio a mi perro. Es mágico verlo dormir con tanta paz. Y, aunque mis costumbres noctámbulas y mi odio hacia las mañanas colaboran a modo de resistencia, me parece que lo voy a imitar...Eso tampoco quiero postergarlo.
Sean felices. Es una obligación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Vivi! Excelente que hayas retomado tu blog. Al menos un lugar donde no todas son palidas, jaja
Un beso