jueves, febrero 19, 2009

NERUDA Y SUS MUSAS


¡Cinco musas! Ni una más...ni una menos, son las que tuvo en su vida Pablo Neruda. Ya se conocían cuatro pero, hace poco, se supo de la existencia de una quinta: Olga Margarita Burgos, una dentista chilena. ¿Quién dio la data?. Como no podía ser de otra manera, la revista “Cantabria Dental”, publicación independiente de, por supuesto, un grupo de odontólogos españoles.
Olga Margarita –nombre si los hay- nació en Talca en 1907. Su relación con el poeta –uno de los más grandes de la historia- fue corta pero, dicen, intensa. El “legado” de la misma le fue entregado a su nieta, Rocío, luego de la muerte de su abuela, ocurrida en 1998.
En un paquete cuidadosamente cerrado, Rocío encontró cartas, fotografías y libros dedicados por Neruda. También una copia a máquina del poema “Sucede que me canso de ser hombre”, mecanografiada por él mismo y dedicado a...su musa.
Se habían conocido en 1923. Neruda acababa de publicar “Crepusculario” y a Olga Margarita le gustó tanto que le pidió le dedicara un ejemplar. “A Olga Margarita en el tiempo de las violetas”, escribió el poeta, tras lo cual salió a la calle y compró un ramo de violetas para la mujer que acababa de atrapar su díscolo corazón.
Durante un par de años fueron amantes secretos, hasta el casamiento de la odontóloga con el chileno Yolando -¡vamos con los nombres!- Pino, hombre nacido, casualmente, en el mismo pueblo que Neruda. Pero la historia no termina ahí. El matrimonio se fue a vivir a un departamento que les regaló el poeta y mantuvo con él una amistad que terminaría con su muerte, en 1973.

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