DUDA EXISTENCIAL

La psicosis maníaco-depresiva -que hoy, medicalización de la enfermedad mental mediante, se llama "trastorno bipolar"- es un síndrome mental de tipo afectivo, que evoluciona entre fases alternantes, o separadas por intervalos, de expresiones patológicas maníacas y depresivas. En el polo depresivo se observa tristeza e infelicidad, ansiedad, desasosiego, agitación y puede acompañarse de delirios. El maníaco, se expresa a través de un estado que va desde la euforia y el alborozo hasta la auténtica excitación incontrolada, agresión, ira, fuga de ideas, alteración del juicio e ideas de grandeza.

Faltan pocos días para las elecciones y, no se por qué, vino a mi cabeza la definición de esta grave afección. Y mientras pienso -como la mayoría- a quién votar, reflexiono sobre el respeto que merecen quienes la padecen. Los "bipolares", con el tratamiento adecuado, pueden reinsertarse en la sociedad y llevar una vida "prácticamente" normal. Dejo en claro: prácticamente. Pero también es cierto que hay "algunas cosas" que no son capaces de hacer, algunos trabajos que no pueden llevar a cabo y algunos cargos que no deben ocupar. Cuidarlos y alejarlos de aquellas situaciones que los lleven a una situación de "vacío" aún más profundo del que su patología les provoca es obligación de nosotros, los "sanos". Hacer lo contrario sería no respetarlos. Hasta me animaría a decir que utilizarlos. Pero la salud mental, como tantas otras cosas en la Argentina, está devaluada.

Sigo sin saber por qué relaciono este tema con las elecciones. Y, mientras tanto, reflexiono. ¿A quién votar? ¿Me pongo del lado de los "sanos" o le hago la vista gorda a la locura, pero no la de los "bipolares" sino la de aquellos mesiánicos que, subidos a la cresta de ella, la utilizan para sus propios fines? Toda sugerencia será bien aceptada