jueves, junio 19, 2008

TRISTE REALIDAD BIS

Carlos Marriera tenía 21 años y visitaba por primera vez la Capital. Su padre, empleado municipal, le consiguió la "changa" para asistir al acto de apoyo al matrimonio presidencial por 100 pesos, dos sándwiches y una gaseosa. Pero una farola que cayó encima suyo en la Plaza de Mayo terminó con su vida.

Marriera había viajado con un contingente de doscientas personas, en un viaje armado por punteros políticos del gobernador tucumano José Alperovich. Historia repetida si la hay en este tipo de actos fascistas y megalómanos que, en esta oportunidad, no tuvo más objetivo que intentar devolver la autoestima a la presidenta y hacerle creer a los argentinos y al mundo que lo mira por TV que, todavía tiene algún poder.

Para ello, se intentó paralizar al país y se movilizaron cientos de personas que, como el joven tucumano, sólo esperan un plan social, un sandwich y una gaseosa. Y, por qué no, conocer Buenos Aires. Seguramente Marriera, como tantos otros que estuvieron en la plaza, no entendía el núcleo del conflicto ni le importaba quién tiene razón: si el gobierno o el campo. Da igual.

Y me pregunto, con toda humildad, por qué la señora presidenta no se "divorcia" -politicamente, digo- de su marido, de las carteras de Vuitton y los trajes de corte francés, se olvida por un tiempo de su pelo batido, sus ojos demasiado cargados de rimell, sus grititos autoritarios y se viste, de una buena vez, con el traje que el pueblo le regaló y se pone a gobernar en serio. Sin actos, sin D'Elías, sin cadenas nacionales, sin autoritarismo, sin acuerdos con el Congreso, sin inventar inversiones en hospitales y viviendas que -los argentinos sabemos mucho de esto- nunca se construirán.

Es hora, señora presidenta, de que haga uso de sus ovarios y se ponga a gobernar. Las mujeres, se lo aseguro, le estaremos agradecidas, si logra demostrar que alguien de nuestro género consigue trascender lo superfluo con lo que se nos vincula todavía y pasa a la historia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aplausos, es lo único que puedo poner ante semejante análisis y crítica.

Anónimo dijo...

FELICITACIONES, Buen análisis, se desprende que no escribis desde tu profesion sino desde el sentir que te provoca la sra.Nunca se desvinculara del apellido que la hizo llegar al sillon y mucho menos de todas esas cosas que la hacen sentir alguien. Es un pobre ser que por desgracia con votos pagos como asi espontaneos desgraciadamente tiene el poder de conducir nuestro futuro. a aquellos que no la votamos, nos quedara la tranquilidad de no sentirnos culpables con lo que pasara en poco tiempo.
arcanolight