La nota corresponde al periodista Franco Lindner, en la revista "Noticias". Me excuso de hacer mayores comentarios.
"Esta nota nació por casualidad. Dos semanas atrás, un fotógrafo de NOTICIAS hizo guardia en el helipuerto de la Casa Rosada. La idea era retratar a Cristina y Néstor Kirchner descendiendo del helicóptero para dirigirse cada uno a su lugar de trabajo, ella a su despacho de Presidenta y él a su nuevo bunker de Puerto Madero, a pocas cuadras de allí. El fotógrafo llegó a las siete de la mañana porque Néstor tiene fama de puntual, y a las diez llamó a la revista para avisar que no había novedades. Al mediodía todo seguía igual, sin rastros de Cristina y su marido. ¿Qué estaba ocurriendo? Pasadas las tres de la tarde, después de ocho horas de paciente espera, el helicóptero presidencial por fin aterrizó en el lugar y la jefa de Estado descendió sin Néstor.
Dos altos funcionarios con oficinas en la Casa Rosada confirmaron que lo sucedido ese día no es la excepción, sino la norma. Y un seguimiento fotográfico de sus últimos siete días de gestión arrojó el mismo resultado: NOTICIAS esperó a la Presidenta en su lugar de trabajo y así pudo averiguar que por lo general llega a las cuatro de la tarde, que en ocasiones no va, y que una vez a la semana, los jueves, entra más temprano, pasadas las diez de la mañana.
Son horarios llamativos para un cargo como el que ella ejerce. Y a eso debe sumarse otro dato estadístico: de sus primeros 60 días al frente de la Presidencia, la esposa de Kirchner descansó 26 y trabajó 34. ¿Cómo transcurre la rutina diaria de la mujer con más responsabilidades de la Argentina?
El seguimiento. La guardia frente al helipuerto de la Casa Rosada comenzó el miércoles 30 de enero y siguió hasta el jueves 7 de febrero, la fecha de cierre de este número. Las horas de trabajo en la sede del Gobierno sumaron 35 en siete días hábiles, es decir, un promedio de 5 horas diarias. El miércoles 30, cuando arrancó la guardia fotográfica, Cristina arribó a las 15:45. Tuvo su primera actividad oficial a las 17, se sacó una foto con Carlos Tomada, el ministro de Trabajo, y dio un módico discurso en un acto en el que adjudicaba los nuevos accesos ferroviarios al puerto de Buenos Aires. “Muy buenas tardes a todos”, comenzó diciendo.
Al día siguiente, el jueves 31, la Presidenta tuvo menos huecos en la agenda. Su helicóptero aterrizó a las 10:21 del alba y desde las 11 ella se mostró en acción. El plato fuerte fue su reunión con el embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, para intentar cerrar las heridas diplomáticas que dejó el caso de la valija de Antonini. Pero horas antes también hubo reunión y fotos con Hebe de Bonafini y otros dos actos de obras públicas. Fue un día agitado.
El viernes 1 de febrero no apareció por la Casa de Gobierno. Al mediodía visitó una granja en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y se sacó fotos con los pollos faenados. Desde allí fue directo a la quinta de Olivos, donde pasó un rato con sus funcionarios Alberto Fernández, Martín Lousteau y Alberto Abad mientras su marido Néstor se sacaba las fotos con Roberto Lavagna en los jardines de la residencia, las mismas que publicaría el diario Clarín dos días después. Los voceros cristinistas destacaron lo vital que fue ella en ese acuerdo con el ex ministro de Economía: le aconsejó a Néstor que no posaran de la forma en que años antes lo habían hecho Alfonsín y Menem para sellar el Pacto de Olivos".
Dos altos funcionarios con oficinas en la Casa Rosada confirmaron que lo sucedido ese día no es la excepción, sino la norma. Y un seguimiento fotográfico de sus últimos siete días de gestión arrojó el mismo resultado: NOTICIAS esperó a la Presidenta en su lugar de trabajo y así pudo averiguar que por lo general llega a las cuatro de la tarde, que en ocasiones no va, y que una vez a la semana, los jueves, entra más temprano, pasadas las diez de la mañana.
Son horarios llamativos para un cargo como el que ella ejerce. Y a eso debe sumarse otro dato estadístico: de sus primeros 60 días al frente de la Presidencia, la esposa de Kirchner descansó 26 y trabajó 34. ¿Cómo transcurre la rutina diaria de la mujer con más responsabilidades de la Argentina?
El seguimiento. La guardia frente al helipuerto de la Casa Rosada comenzó el miércoles 30 de enero y siguió hasta el jueves 7 de febrero, la fecha de cierre de este número. Las horas de trabajo en la sede del Gobierno sumaron 35 en siete días hábiles, es decir, un promedio de 5 horas diarias. El miércoles 30, cuando arrancó la guardia fotográfica, Cristina arribó a las 15:45. Tuvo su primera actividad oficial a las 17, se sacó una foto con Carlos Tomada, el ministro de Trabajo, y dio un módico discurso en un acto en el que adjudicaba los nuevos accesos ferroviarios al puerto de Buenos Aires. “Muy buenas tardes a todos”, comenzó diciendo.
Al día siguiente, el jueves 31, la Presidenta tuvo menos huecos en la agenda. Su helicóptero aterrizó a las 10:21 del alba y desde las 11 ella se mostró en acción. El plato fuerte fue su reunión con el embajador norteamericano, Earl Anthony Wayne, para intentar cerrar las heridas diplomáticas que dejó el caso de la valija de Antonini. Pero horas antes también hubo reunión y fotos con Hebe de Bonafini y otros dos actos de obras públicas. Fue un día agitado.
El viernes 1 de febrero no apareció por la Casa de Gobierno. Al mediodía visitó una granja en Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y se sacó fotos con los pollos faenados. Desde allí fue directo a la quinta de Olivos, donde pasó un rato con sus funcionarios Alberto Fernández, Martín Lousteau y Alberto Abad mientras su marido Néstor se sacaba las fotos con Roberto Lavagna en los jardines de la residencia, las mismas que publicaría el diario Clarín dos días después. Los voceros cristinistas destacaron lo vital que fue ella en ese acuerdo con el ex ministro de Economía: le aconsejó a Néstor que no posaran de la forma en que años antes lo habían hecho Alfonsín y Menem para sellar el Pacto de Olivos".
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