viernes, enero 11, 2008

QUE EL ULTIMO APAGUE LA LUZ

La falta de previsión hizo que el problema energético llegara a su punto más álgido. Pero lo "más" es la implementación de la medida que obliga a los encargados de edificios a relevar la cantidad de equipos de aire. En una nota publicada por el diario "La Nación", el titular de la Comisión Argentina de Consorcios, Copoprietarios y Consorcistas, Samuel Knopoff, subrayó la "inconstitucionalidad" de la norma.
En el mismo artículo, el abogado constitucionalista Gregorio Badeni señaló que "aún si es voluntario no corresponde que los encargados suministren información respecto a la privacidad de las personas". En tanto, su colega Daniel Sabsay, opinó que "se trata de una violación al artículo 19 de la Constitución Nacional, ya que avasalla el derecho a la privacidad y a la intimidad".
Pero a mi todo este asunto me remite al panóptico de Betham, edificio creado en el siglo XVIII para controlar a los locos y los presos, a partir de una torre desde la cual todos eran mirados.
En la Argentina de hoy, todos estamos siendo observados bajo la atenta mirada de una democracia que parece que no es tal. Nuestra privacidad, una vez más, vuelve a ser avasallada.
Mientras tanto, Cristina acaba de volver de sus relajadas vacaciones en el Calafate. Y sigue con sus discursos "encendidos", sus muecas y sus saltitos, que amenazan con un autoritarismo que, al menos en mi caso, creíamos enterrado para siempre.

jueves, enero 10, 2008

A MI HIJA...LUCIA



En un día de nostalgias...

DE FREUD...

* La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas.

*La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?

*Cualquiera que despierto se comportase como lo hiciera en sueños sería tomado por loco.

*Dijo Platón que los buenos son los que se contentan con soñar aquello que los malos hacen realidad.

*He sido un hombre afortunado; en la vida nada me ha sido fácil.

PARA MI NANO, EL QUE ME ENAMORA



Del homenaje de Sabina a Serrat.

domingo, enero 06, 2008

¿TRABAJAR?...¿QUÉ ES ESO?

"Es una mujer de carácter, muy inteligente y buena presidenta. Yo prefiero que sea así. ¡Es menos trabajo para mí! Con ella tengo poco trabajo".
La frase pertenece al vicepresidente, Julio Cobos, que no se fue de vacaciones pero, por lo que se ve, tampoco tiene muchas ganas de trabajar...

DOS PAJAROS GIGANTES


Para los que me lo pideron, Serrat-Sabina: "Dos pájaros de un tiro". Sencillamente, dos artistas del carajo, y no hay mucho más para añadir. Como para quedarse con ganas de más, llorar, emocionarse, aplaudir a rabiar y gritar bravo hasta quedarse mudos.

"El arte de amar", de Erich Fromm




¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno "tropieza" si tiene suerte?
Todos están sedientos de amor; ven innumerables películas basadas en historias de amor felices y desgraciadas, escuchan centenares de canciones triviales que hablan del amor, y, sin embargo, casi nadie piensa que hay algo que aprender acerca del amor.
Esa peculiar actitud se debe a varios factores que, individualmente o combinados, tienden a sustentarla. Para la mayoría de la gente, el problema del amor consiste fundamentalmente en ser amado, y no en amar, no en la propia capacidad de amar. De ahí que para ellos el problema sea cómo lograr que se los ame, cómo ser dignos de amor.
Para alcanzar ese objetivo, siguen varios caminos. Uno de ellos, utilizado en especial por los hombres, es tener éxito, ser tan poderoso y rico como lo permita el margen social de la propia posición. Otro, usado particularmente por las mujeres, consiste en ser atractivas por medio del cuidado del cuerpo, la ropa, etc. Existen otras formas de hacerse atractivo, que utilizan tanto los hombres como las mujeres, dependiendo de lo que el ambiente social valore más en ese momento y lugar. Muchas de las formas de hacerse querer son iguales a las que se utilizan para alcanzar el éxito, para "ganar amigos e influir sobre la gente".
En realidad, lo que para la mayoría de la gente de nuestra cultura equivale a digno de ser amado es, en esencia, una mezcla de popularidad y sex-appeal.
La segunda premisa que sustenta la actitud de que no hay nada que aprender sobre el amor, es la suposición de que el problema del amor es el de un objeto y no de una facultad. La gente cree que amar es sencillo y lo difícil encontrar un objeto apropiado para amar -o para ser amado por él-. En las últimas generaciones el concepto de amor romántico se ha hecho casi universal en el mundo occidental. En los Estados Unidos de Norteamérica, si bien no faltan consideraciones de índole convencional, la mayoría de la gente aspira a encontrar un "amor romántico", a tener una experiencia personal del amor que lleve luego al matrimonio. Ese nuevo concepto de la libertad en el amor debe haber acrecentado enormemente la importancia del objeto frente a la de la función.
Hay en la cultura contemporánea otro rasgo característico, estrechamente vinculado con ese factor. Toda nuestra cultura está basada en el deseo de comprar, en la idea de un intercambio mutuamente favorable. La felicidad del hombre moderno consiste en la excitación de contemplar las vidrieras de los negocios, y en comprar todo lo que pueda, ya sea al contado o a plazos. El hombre (o la mujer) considera a la gente en una forma similar. Una mujer o un hombre atractivos son los premios que se quiere conseguir. "Atractivo" significa habitualmente un buen conjunto de cualidades que son populares y por las cuales hay demanda en el mercado de la personalidad. Las características específicas que hacen atractiva a una persona dependen de la moda de la época, tanto física como mentalmente.
De cualquier manera, la sensación de enamorarse sólo se desarrolla con respecto a las mercaderías humanas que están dentro de nuestras posibilidades de intercambio. Quiero hacer un buen negocio; el objeto debe ser deseable desde el punto de vista de su valor social y al mismo tiempo, debo resultarle deseable, teniendo en cuenta mis valores y potencialidades manifiestas y ocultas. De ese modo, dos personas se enamoran cuando sienten que han encontrado el mejor objeto disponible en el mercado, dentro de los límites impuestos por sus propios valores de intercambio. En una cultura en la que prevalece la orientación mercantil y en la que el éxito material constituye el valor predominante- no hay en realidad motivos para sorprenderse de que las relaciones amorosas humanas sigan el mismo esquema de intercambio que gobierna el mercado de bienes y de trabajo.
El tercer error que lleva a suponer que no hay nada que aprender sobre el amor, radica en la confusión entre la experiencia inicial del "enamorarse" y la situación permanente de estar enamorado o, mejor dicho de "permanecer" enamorado. Si dos personas que son desconocidas la una para la otra, como lo somos todos, dejan caer de pronto la barrera que las separa y se sienten cercanas, se sienten uno, ese momento de unidad constituye uno de los más estimulantes y excitantes de la vida. Y resulta aún más maravilloso y milagroso para aquellas personas que han vivido encerradas, aisladas, sin amor. Ese milagro de súbita intimidad suele verse facilitado si se combina o inicia con la atracción sexual y su consumación. Sin embargo, tal tipo de amor es, por su misma naturaleza, poco duradero. Las dos personas llegan a conocerse bien, su intimidad pierde cada vez más su carácter milagroso, hasta que su antagonismo, sus desilusiones, su aburrimiento mutuo, terminan por matar lo que pueda quedar de la excitación inicial. No obstante, al comienzo no saben todo esto; en realidad, consideran la intensidad del apasionamiento, ese estar "locos" el uno por el otro, como una prueba de la intensidad de su amor, cuando sólo muestra el grado de su soledad anterior.
Esa actitud -que no hay nada más fácil que amar- sigue siendo la idea prevaleciente sobre el amor, a pesar de las abrumadoras pruebas de lo contrario. Prácticamente no existe ninguna otra actividad o empresa que se inicie con tan tremendas esperanzas y expectaciones, y que, no obstante, fracase tan a menudo como el amor. Si ello ocurriera con cualquier otra actividad, la gente estaría ansiosa por conocer los motivos del fracaso y por corregir sus errores o renunciaría a la actividad. Puesto que lo último es imposible en el caso del amor, sólo parece haber una forma adecuada de superar el fracaso del amor, y es examinar las causas de tal fracaso y estudiar el significado del amor.
El primer paso a dar es tomar conciencia de que el amor es un arte como es un arte el vivir. Si deseamos aprender a amar debemos proceder en la misma forma en que lo haríamos si quisiéramos aprender cualquier otro arte, música, pintura, carpintería o el arte de la medicina o la ingeniería.
¿Cuáles son los pasos necesarios para aprender cualquier arte? El proceso de aprender un arte puede dividirse convenientemente en dos parte: una, el dominio de la teoría; la otra, el dominio de la práctica. Si quiero aprender el arte de la medicina, primero debo conocer los hechos relativos al cuerpo humano y a las diversas enfermedades. Una vez adquirido todo ese conocimiento teórico, aún no soy en modo alguno competente en el arte de la medicina. Sólo llegaré a dominarlo después de mucha práctica, hasta que eventualmente los resultados de mi conocimiento teórico y los de mi práctica se fundan en uno, mi intuición, que es la esencia del dominio de cualquier arte. Pero aparte del aprendizaje de la teoría y la práctica, un tercer factor es necesario para llegar a dominar cualquier arte el dominio de ese arte debe ser un asunto de fundamental importancia, nada en el mundo debe ser más importante que el arte. Esto es válido para la música, la medicina, la carpintería y el amor. Y quizás radique ahí el motivo de que la gente de nuestra cultura, a pesar de sus evidentes fracasos, sólo en tan contadas ocasiones trata de aprender ese arte. No obstante el profundo anhelo de amor, casi todo lo demás tiene más importancia que el amor: éxito, prestigio, dinero, poder; dedicamos casi toda nuestra energía a descubrir la forma de alcanzar esos objetivos, y muy poca a aprender el arte del amor.
¿Sucede acaso que sólo se consideran dignas de ser aprendidas las cosas que pueden proporcionarnos dinero o prestigio, y que el amor, que "sólo" beneficia al alma, pero que no proporciona ventajas en el sentido moderno, sea un lujo por el cual no tenemos derecho a gastar muchas energías?

¡A DESCANSAR SE HA DICHO 2!

Y no sólo Cristina necesita descanso. También se tomaron vacaciones el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, que partió –dicen- hacia Brasil, al igual que el secretario Legal y Técnico, Carlos Zannini. Nilda Garré se baña en las playas de Pinamar y su colega en la cartera de Trabajo, Carlos Tomada, en las de Chapadmalal, mientras que la ministra de Salud, Graciela Ocaña, hace lo propio en Mar de las Pampas. Bariloche, fue, en tanto, el destino elegido por el titular de Economía, Martín Lousteau. Sobran las palabras.

¡A DESCANSAR SE HA DICHO!


La presidenta Cristina Fernández de Kirchner está de vacaciones. Trabajó 14 días y el estrés provocado por su ardua tarea como Primer Mandataria la llevó a decidir que ya era hora de descansar. Recordemos la sonrisa para la foto con Antonio Banderas y su mujer, Melanie Griffith, el “Nano” Serrat y Sabina y el grupo “Soda Stéreo”. Además del entrenamiento escénico que significó cantar a dúo con las Sosa, Patricia y Mercedes, el 10 de diciembre.
La cuestión es que la señora estaba cansada y, según advierte en su último número la revista “Noticias”, su casa en el Calafate se convirtió en una suerte de bunker impenetrable.
Este es uno de los primeros cambios de la “gestión Cristina” con sus antecesores. Así, por ejemplo, Raúl Alfonsín y Carlos Menem tomaron su primer descanso después de un año y Néstor Kirchner hizo lo propio recién 22 meses después de asumir. Pero ella no.
“Pasó la mitad de sus primeros treinta días (de gobierno) descansando”, señala “Noticias”, cuya foto de portada le costó un tirón de orejas a más de un custodio encargado del celoso cuidado del descanso presidencial. La revista de Editorial Perfil también advierte que la señora odia que le tomen fotos, ya que quiere que su imagen sea manejada por los fotógrafos de la presidencia y tomadas de la web oficial, “donde pueden ser manipuladas por el photoshop”, dice la publicación.
En medio del escándalo de la “Valijagate”, la crisis energética y el triste papel de su esposo en Colombia, Cristina se dedica al jardín y la lectura en su mansión del Calafate.
Reflexión: Me remito nuevamente a la revista “Noticias” y a una investigación de Carlos Lindner del mes de noviembre, pero de 2006. “Las repentinas ausencias y los cambios de ánimo no son parte de la estrategia electoral”, explica el artículo, que señala que Cristina sufriría de trastorno bipolar, enfermedad psiquiátrica que alterna períodos de euforia con otros de intensa depresión, lo que explicaría estas conductas ambivalentes.
Lo cierto es que más allá de toda posible relación, me sumo a lo escrito por Marcelo Pensa en Megalomanía: “¡Quiero tener un laburo así!”.
El cambio, como se ve, recién empieza.

CON LAS ALAS DEL ALMA




Con las alas del alma desplegadas al viento,
desentraño la esencia de mi propia existencia
sin desfallecimiento, y me digo que puedo
como en una constante
y me muero de miedo, pero sigo adelante.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
porque aprecio la vida en su justa medida
al amor lo reinvento, y al vivir cada instante
y al gozar cada intento, sé que alcanzo lo grande,
con las alas del alma desplegadas al viento.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá del asombro me levanto entre escombros
sin perder el aliento
y me voy de las sombras con algún filamento
y me subo a la alfombra con la magia de un cuento.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
atesoro lo humano cuando tiendo las manos
a favor del encuentro por la cosa más pura,
con la cual me alimento por mi pan de ternura,
con las alas del alma desplegadas al viento.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
ante cada noticia de estupor, de injusticia,
me desangro por dentro
y me duele la gente, su dolor, sus heridas,
porque así solamente interpreto la vida.

Con las alas del alma desplegadas al viento,
más allá de la historia, de las vidas sin gloria,
sin honor ni sustento
guardaré del que escribe su mejor pensamiento
quiero amar a quien vive con las alas del alma
desplegadas al viento, al viento, al viento...


Tango
Música: Daniel GarcíaLetra: Eladia Blázquez