No soy peronista. Sin embargo no tengo empacho alguno en reconocer mi admiración -sin límites- hacia Eva Perón. La mujer que, a mi modesto entender, cambió para siempre la historia del sexo femenino, no sólo en Argentina sino también en el resto del mundo. No era especialmente atractiva, no tenía -prácticamente- instrucción, ni siquiera se destacó como actriz, siendo siempre una de segunda. Pero había algo en ella, en su fuerza, en su personalidad, en su historia...¿agallas?. Cito a una de sus biógrafas, Alicia Dujovne Ortiz. Evita hizo muy bien el mal, pero también muy bien el bien. ¿Qué tuvo a su lado a Perón y que él le enseñó todo lo que después puso en práctica? No. No. No alcanza. Y, para ejemplos, basta recordar que el General tuvo también a su lado a otra mujer a la que intentó moldear como a Eva -hasta se hicieron "traspasos" espirituales con su cadáver presente-, y terminó llevando a la Argentina a una de sus peores catástrofes. Lo de Evita va más allá de eso. Y de mucho más.
Tuve oportunidad de viajar por varias partes del mundo. Y la relación es siempre la misma. "¿Argentina?...¡Evita!". Nunca antes una mujer había congregado a su alrededor tantos amores y odios. Muchas -algunas demasiado cercanas- quisieron imitarla. Les sobrarán estudios universitarios y carreras políticas, pero carecen de lo que Evita poseía: una capacidad infinita para comprender el alma y el sentimiento de los desposeídos. De sus grasitas, como le gustaba llamarlos.
Admiro a Eva Perón. Y estoy a años luz de ser peronista. Pero lo hago porque, más allá de las ideolólogías, hay que saber ser humilde y sacarse el sombrero ante quien cambió el rumbo de la historia. Al menos para las mujeres.
Se estrena en Buenos Aires un nuevo musical sobre su vida (y van...). Es en el Bauen, con Guillermo Guido y Lidia Barroso. Pasará a engrosar la lista de libros, películas, documentales, etc. etc. sobre esta mujer maravillosa que, a más de cincuenta años de su muerte, todavía despierta los sentimientos más íntimos, aún de quienes ni siquiera habíamos nacido mientras vivió.
